miércoles, 31 de diciembre de 2014

Gracias Merci Tak շնորհակալություն

El 2014 empezó acariciando una idea: hacer un gran viaje. Y entonces me decidí, con las palabras de mi amiga Dorte en la mente "Vos tenés ese no sé qué. Hay una razón por la cual hay gente que te espera en Dinamarca después de 20 años. Sos buena para eso".

Y entonces se lanzó el proyecto. Papeles, visa. Me aceptaron de la universidad de París...y allá voy! me voy.
Desarmar mi casa, mi vida de casi 20 años en Baires. Mandar a mis gatos a su nuevo hogar. Despedirme de mis grandes amigos, de esos que tanto extraño.
Despedirme de las pequeñas cosas.
Para también decirle adiós a lo que intentaba dejar atrás.
Despedirme de mis viejos, de mi hermano, de sus hijos.
Despedirme. Irme.

Llegar a París y encontrar una sonrisa amiga: Mikaël.
Volver, siempre volver a Dinamarca y encontrar brazos y palabras familiares en un sentido.
Y volver a partir, pero esta vez para llegar a otro lugar: Armenia, la Casa de Armenia y ellos, que desde el primer momento me hicieron sentir como en casa. Y entonces, mi mundo se vuelve a poblar de nuevos nombres que nunca había escuchado antes: Artem, Areg, Narek, Garin, Luciné... y nuevas palabras y gente extraordinaria.
Y encuentro aquí, en este rincón armenio en pleno París, una nueva inspiración, unas ganas renovadas.

Todo viene a mí. Todos viven en mí.
Ese pensamiento de 1 de enero de 2014 se convirtió en un sueño que vivo a pleno, no sin extrañar a los entrañables.
El cuerpo se me impregna de buena gente, de deseo. Esta noche voy a pensar en eso y voy a dar las gracias.

Gracias.